Cerrar ciclos: Una necesidad humana

07.01.2021

Terminó el 2020, un año extraño y diferente por decir lo menos, con el cambio de año también llegaron los nuevos propósitos, las nuevas metas y objetivos que quién sabe si cumpliremos tras los nuevos 365 días transcurridos.

Cambiar de año pinta como un RESET a la vida y a las dinámicas y conductas que hemos practicado durante el año viejo y posiblemente durante gran parte de nuestra vida.

Inevitable leer en redes sociales a gente que se antoja negativa opinando en dirección a que el cambio de año no tiene relevancia si no cambiamos nuestra actitud o nuestros hábitos, que solamente es un numero el que cambia y esto podría ser cierto... o no.

El ser humano necesita de impulsos, motivación o reforzamientos que en la corriente psicológica conductista se relaciona con la aplicación de estímulos que a su vez provocarán aumento en las probabilidades de que las conductas se repitan o se extingan en el futuro, viéndolo así entonces, ese cambio numérico al año que ha comenzado claro que tendría que influir en la modificación de conductas o hábitos.

Yéndonos a un ámbito más natural e histórico, encontramos que el hombre siempre ha obedecido a ciclos, incluso la razón por la que dejó de ser nómada y se asentó en hordas, tribus y clanes antes de formar las sociedades como las concebimos actualmente, fueron los cambios cíclicos del clima traducidos en lo que hoy conocemos como estaciones del año y sus condiciones, otros ejemplos de ciclos con sus consecuencias, son el ciclo circadiano del sueño relacionado con el día y la noche, la luz y la obscuridad, el ciclo menstrual en las mujeres y si lo vemos fríamente la vida misma es un ciclo que tiene como primera etapa el nacimiento y como etapa final la muerte.

El cambio numeral de 2020 a 2021 por supuesto que se vislumbra como una oportunidad de cambiar nuestra vida y es que ¿a quién no le gusta ponerse retos? ¿No son los propósitos, tareas a cumplirse en un lapso de 12 meses o 365 días?

Está comprobado que cerrar ciclos es algo que al ser humano le proporciona tranquilidad, una psicóloga investigadora rusa de nombre Bluma Zeigárnik inició una serie de experimentos después de que en un restaurante se diera cuenta de que los meseros ponían mucha más atención y completaban los pedidos de las mesas que aún no habían pagado su cuenta a diferencia de las mesas cuyas cuentas habían sido liquidadas, observó que se les facilitaba más y recordaban a la perfección, las solicitudes de los comensales con cuenta abierta ignorando a los que hacían sobremesa después de pagar su cuenta.

Zeigárnik no se quedaría con su escueta hipótesis y decidiría estudiar más este fenómeno, para tal efecto, reunió a un grupo de personas entre 18 y 22 años en su laboratorio y los instó a que realizarán trabajos manuales y mentales, con lo anterior Bluma descubrió que los sujetos que eran interrumpidos antes de finalizar con las actividades recordaron mucho más las tareas que debían hacer o concluir mientras que las personas que habían terminado sin interrupciones recordaban menos de la mitad de las actividades, por lo anterior, en 1927 nace el conocido Efecto Zeigarnik referente al cierre de ciclos para no perder atención, enfoque y energía en las cosas pendientes.

En la Psicología Gestalt existen leyes que revelan los orígenes de la percepción humana partiendo de estímulos y así de dos reglas generales se desprenden reglas particulares, es en estas leyes que existe la Ley del Cierre que dicta que una forma es mejor percibida cuanto más cerrada sea. Si un contorno no está completamente cerrado, la mente tiende a cerrarlo, con esto confirmamos que la percepción humana también busca el cierre de formas.

Concluyendo, el 2020 nos dejó mucho dolor e incertidumbre, pero es una realidad que también nos dejó lecciones y enseñanzas, en el flamante 2021 debemos afrontar los retos de una manera más informada, es un hecho, de entrada iniciamos con adversidades porque la pandemia aún no acaba, es tarea de cada uno haber cerrado de manera adecuada el 2020, finiquitar esas tareas emocionales que traemos a cuestas y salir renovados a dar batalla este 2021.

By Federico Schuster