¡Freud tenía razón! “Si amas, sufres. Si no amas, enfermas”

24.02.2021

El amor, al igual que todas las demás emociones humanas, han inspirado a millones de artistas a lo largo y ancho del mundo: todos los días se escriben poemas, canciones, odas, y desde la antigüedad, se ha reconocido como una de las más grandes fuerzas que mueve al planeta y a toda la humanidad. Para la psicología (y más puntualmente, para el psicoanálisis) es un punto central: en los consultorios se escucha de cómo se ama, como se sufre por amor, cómo se sana con amor...

Sigmund Freud, padre y creador del psicoanálisis y de muchas de las teorías básicas de la psicología actual, lanza en "introducción al narcicismo" la frase que encabeza este artículo. El narcicismo en este texto se plantea como una fase normal del desarrollo humano, a partir del cual se pueden ir desarrollando las relaciones con el mundo exterior. A más de 100 años de escrito, todavía podemos afirmar que tenía razón.

¿Por qué afirmar que al amar se sufre? Porque el amor está lleno de complejidades que pueden dañar la visión perfecta e ideal del mismo. No, el amor no lo puede todo, no es lo único que se necesita para sobrevivir, el amar no siempre implica ser correspondido, el amar no implica la felicidad absoluta, el amar no significa estar completos. Y es que ni siquiera el amor de la madre, que pareciera un amor incondicional en la mayoría de las historias, es absoluto y suficiente, a través del amor de la madre es que surge el deseo de la vida, pero también a partir de esa vivencia es que entendemos sobre nuestra propia incapacidad de ser omnipotentes, omnipresentes, ideales y perfectos, en términos generales, aprendemos sobre nuestra propia falta.

Aprender sobre nuestra falta abre otros panoramas, buscar aquello que nos complementa fuera de nosotros mismos, o proyectamos el ideal de lo completo en alguien distinto, solo para darnos cuenta: el otro tampoco está completo, el otro tampoco es perfecto, el otro no puede darnos lo que no tiene (que, bajo el contexto lacaniano, es la esencia del amor). Y abandonamos esa proeza, solo para buscar una historia distinta en donde el ciclo se repite, como si fuera la condena, el oráculo que nos persigue desde el nacimiento.

Independiente a ello, hay otros escenarios posibles alrededor del amor: aquel que no es correspondido, aquel que es negado, aquel que se teme perder, aquel que puede hacer tocar el cielo con las manos y el infierno con los dedos de los pies, el amor romántico, el amor Hollywoodense explotado en distintas vertientes. Todos ellos, más allá de la gran pasión que los puede caracterizar, tiene también un toque de dolor, un dolor placentero, que va más allá del entendimiento científico, y que finalmente también es parte de lo que nos hace humanos.

La otra cara de la moneda de la frase reza: "Si no amas, enfermas", el no permitirse amar a quien hay alrededor (amigos, familiares, pareja, compañeros de trabajo, vecinos incluso), desemboca en un aislamiento doloroso para quien lo vive. Somos seres sociales, con necesidades de comunicarnos con otros, y es gracias a los vínculos con otros que nos hacemos más fuertes emocionalmente hablando; y la ausencia de estos vínculos nos lleva a una vulnerabilidad en muchos sentidos.

Freud establecía que el amarse a uno mismo tenía una relevancia importante en el momento de la enfermedad, todos hemos querido quedarnos hechos bolita en la cama por una gripa terrible o por un dolor de estómago, e incluso por un mar de amores. Queremos ser consentidos por el resto del mundo, queremos ser amados. Y al mismo tiempo, no queremos mostrarle amor a nadie más que a uno mismo, deseamos la soledad; la libido regresa al yo del enfermo, permitiendo con ello su recuperación.

Una persona que no puede salir de ese ensimismamiento se percibe como una persona deprimida, enferma, e incluso puede desembocar en la pérdida del deseo de vivir, convirtiéndose en un hecho que tiende hacia lo mortífero. La vida no tiene sentido, no hay búsqueda de felicidad, no hay sueños, no hay ideales; lo único que se busca es la estasis, y con ello, se tiende hacia la muerte.

Con esta visión, se entiende el por qué el amor se vuelve una fuente importante de teorías y arte alrededor del mismo, y por qué es una parte fundamental de la vida del ser humano. 

Colaboración a cargo de Ariana Cea Médico Cirujano por la Escuela superior de Medicina del IPN con especialidad en Psicoterapia Psicoanalítica por el Colegio Internacional de Educación Superior 

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