La idea chafa de la felicidad que nos han vendido.
Seguramente en más de una ocasión te has topado en redes sociales, medios escritos, revistas, folletos, programas de televisión o radio con publicaciones acerca de ser feliz, ésta, que hasta hace un tiempo era una invitación se ha convertido en casi una obligación o mandato que, para quien no sepa manejarlo, se convierte en un factor importante de angustia, estrés o ansiedad.
Encontrar la felicidad es una misión universal. La mayoría de nosotros nos vemos obligados a perseguir la felicidad a lo largo de nuestra vida, buscando los objetos que creemos que nos harán felices. Desafortunadamente, el concepto de felicidad que la sociedad muchas veces maneja, es profundo e intrínsecamente defectuoso. Si bien la mayoría de la gente piensa en la felicidad como la adquisición, acumulación o logro de objetivos, la verdadera felicidad nunca puede ser resultado de la adquisición humana. En cambio, debería ser un estilo de vida per se.
Y aquí podría estar la fórmula más equivocada de la felicidad, solo basta con completar la frase: "Cuando logre ________________ podré ser feliz" y cada quien podría llenar ese espacio con lo que más cumpla con su concepto de felicidad, puede ser una casa, un yate, un coche de lujo, un viaje, su jubilación, un bebé, una pareja, concluir algunos estudios, etc. y al no cumplirlo todo sabría a fracaso.
Al momento de navegar por redes sociales nos vemos inmersos en mundos ideales de gente ideal con vidas ideales pero ¿en verdad lo son? Y es ahí en done muchas veces viene la búsqueda de la imitación para encontrar la felicidad que esas personas proyectan, se convierten en nuestros modelos de felicidad y aspiramos a ser como ellos y tener lo que ellos tienen.
La razón por la que la felicidad no se puede adquirir mediante la consecución de objetos es que los objetos desaparecen. Por su propia naturaleza, los objetos no son sostenibles. De hecho, tan pronto como logras el objetivo de conseguir ese ascenso, ese coche o esa relación, la naturaleza humana te obliga a empezar a apuntar a otro objetivo aparentemente mejor que finalmente te hará feliz, convirtiéndose entonces en un camino sin destino final.
El buscar esa "felicidad" se llega a convertir en una obsesión y hay personas que se frustran cada vez que no consiguen obtener lo que sus modelos aspiracionales tienen lo que convierte a esa búsqueda de la felicidad en el principal generador de infelicidad en sus vidas.
Este proceso es agotador, ya que nada los hace realmente felices, no importa cuántas metas logren. Las casas se van, los coches se van y los trabajos se van. Al final, todo lo que te queda eres tú mismo. Y la mayoría de la gente no está contenta consigo misma. Es por eso que la vida no se trata de felicidad, se trata de encontrar alegría, satisfacción y significado en nosotros mismos.
Viktor Frankl hablaba de hallar sentido a nuestra vida y como resultado transitar por la vida siendo felices y agradecidos lo cual podría sonarnos más congruente. Sería ideal entonces, encontrar lo que nos apasiona para ser felices, observar el trayecto y disfrutarlo en lugar de estar tan ansiosos y casi obsesionados con el destino.
By Federico Schuster
