La Psicología del coleccionismo
Con la efervescencia ocasionada gracias a la cercana Copa del Mundo de fútbol soccer, muchos aficionados se han lanzado a adquirir infinidad de artículos alusivos a la gesta deportiva y entre los más recurrentes se encuentra un álbum de calcomanías coleccionables; gracias a este álbum, se han formado cualquier tipo de interacciones humanas, desde familias uniéndose para comprar, revisar y pegar calcomanías en el mismo, hasta amigos, vecinos, compañeros de escuela o trabajo intercambiándolas, todo un suceso observar publicaciones en redes sociales que promueven lugares para intercambio y consejos o tips para tener éxito en el llenado del bendito álbum, negocio redondo el de la empresa organizadora al idear un mecanismo para llegar a un área del ser humano en donde éste se siente reconfortado al coleccionar las pegatinas en cuestión, pero... ¿Por qué se da este fenómeno? ¿Qué ganancia o satisfactor obtiene la persona que colecciona? veamos pues, desde la Psicología, qué sucede cuando coleccionamos.
Debido a que la vida es incierta y puede hacer que muchas veces una persona se sienta frustrada, algunas personas usan sus colecciones para crear una zona de confort privada que puedan controlar, al ordenar y desordenar sus colecciones, estos coleccionistas pueden recuperar la sensación de control sobre sus vidas, estas acciones reducen la ansiedad y ayudan a esas personas a sobrellevar la incertidumbre del mundo real, algunos coleccionistas son nostálgicos, están tan apegados al pasado porque creen que fue mucho mejor que su presente y como esa gente quiere conservar estos buenos recuerdos, se convierten en coleccionistas compulsivos, al hacerlo, inconscientemente creen que han protegido parte importante de su memoria y evitado así, que se las quiten.
Las personas que sufren de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) tienen una mayor probabilidad de convertirse en acumuladores compulsivos, al examinar el TOC y el acaparamiento compulsivo desde un punto de vista psicológico, encontramos que tienen mucho en común, en ambos casos, la persona se distrae de los desafíos de la vida real examinando desafíos más simples en su propio mundo privado, reviviendo buenos recuerdos a través de colecciones, algunas personas coleccionan cosas para crear un banco de buenos recuerdos al que pueden volver cuando las cosas van mal en la vida real, si sus vidas se volvieron grises, esas personas pueden mejorar su estado de ánimo al instante, volviendo a sus colecciones y recordando buenos momentos.
Aunque estas estrategias de afrontamiento no parecen dañinas o perjudiciales, cómo todo, llevarlas al extremo sí, es importante saber que la única forma de lograr la verdadera felicidad es arreglar tu presente en lugar de recordar tu pasado, no importa lo mejor que te sientas después de volver a visitar tu colección, tu vida actual te obligará a volver a la cotidianeidad de la vida real. La única forma de arreglar las cosas de forma permanente es luchar por un futuro mejor en lugar de apoyarse en un buen pasado para sentirse mejor.
También hay factores que refuerzan y hacen que esta actividad valga la pena y sea placentera, para ello, veamos la base científica, por ejemplo, la rareza de una pieza no solo puede hacerla valiosa, sino que también puede estimular ciertas partes del cerebro que registran esta singularidad. Una de las investigaciones más sobresalientes sobre este fenómeno de llama Experimento Oddball, en donde se registra la actividad en el cerebro utilizando una máquina de resonancia magnética funcional, y cuando los participantes ven una serie de objetos ordinarios acomodados de manera metódica, áreas específicas de sus cerebros se iluminan cuando se les presenta algo, que en ese orden, pareciera inusual, esta puede ser la razón por la que buscamos algo único cuando coleccionamos, lo anterior estimula nuestro cerebro en áreas que se conectan con nuestro centro de placer lo que también puede tener un beneficio evolutivo, exploramos lo nuevo hasta que determinamos si es un beneficio para nosotros o no.
Otro motivo que influye en algunos coleccionistas es el orgullo de adquirir objetos exquisitos, raros o únicos, esto se intensifica al reunir elementos similares por primera vez, durante la búsqueda, la emoción se agudiza aún más al identificar una pieza rara que nos haga diferentes de nuestros pares y pueda generar reconocimiento y admiración por parte de los demás, otros coleccionistas, al margen de la rareza de la pieza, quieren adquirirla a un módico precio, si lo consiguen, esa es su alegría y les da orgullo ser tan astutos, es la posesión por relativamente poco dinero lo que les emociona, luego, están los coleccionistas que sienten un sentido de la historia cuando ensamblan artículos preciosos, al poseer antigüedades, se sienten más cercanos al pasado o quizás incluso a ancestros muertos, personas importantes o circunstancias que ocurrieron hace mucho tiempo, esto sería lo contrario de experimentar un sentido de la historia ya que se estaría mirando hacia el futuro en donde este coleccionista puede esperar construir un legado al transmitir objetos especiales a las generaciones futuras.
Otros coleccionistas encuentran que el proceso de recolección proporciona satisfacción intelectual, la recopilación de piezas en un área específica requiere disciplina, conocimiento y ojo para lo inusual o particularmente bello o extraño, los coleccionistas también reúnen lo que consideran tesoros para mejorar su red de amigos; es decir, tienen una motivación social para coleccionar, quizás su amor por los objetos vino primero; luego, en algún momento, se dan cuenta de que hay personas como ellos, pueden encontrarlos de forma independiente o unirse a organizaciones o grupos para personas de gustos específicos afines, las amistades forjadas a través de estos vehículos sin duda amplían la vida social.
El placer de ordenar y reorganizar una colección puede ser la motivación para otros coleccionistas, aunque esto puede servir como un medio de control, también podría ser simplemente la demostración de habilidades organizativas aplicadas a la recolección en donde se juntan el gusto y el conocimiento. Por último, y ciertamente no menos importante, es que todos los refuerzos a recopilar implican anticipación, en su etapa incipiente, pero cumplida, el anhelo del coleccionista le permite imaginar todo lo que quiera sobre los beneficios deseados que traerá el objeto, sabemos que es en esta fase cuando el centro del placer arde más intensamente y una vez obtenido el premio, el centro del placer se aquieta, en otras palabras, la anticipación de la recompensa, muchas veces, es más excitante para nuestro centro de placer que poseerla, esto explica, en parte, por qué el coleccionismo trasciende con frecuencia un mero pasatiempo y se convierte muchas veces en una pasión. Da suficiente placer que el participante quiere continuarlo cada vez con más vigor.
By Federico Schuster