Lacan – El amor siempre es recíproco

El día 13 de abril se celebró el aniversario del nacimiento de Jacques Lacan, psicoanalista francés que revolucionó la teoría freudiana sobre el inconsciente y su funcionamiento. El primero psiquiatra, luego psicoanalista establece al inconsciente como un lenguaje, dando un significado mucho más profundo a las formaciones de la vida cotidiana (lapsus, chistes, sueños) y estableciendo a la metáfora y a la metonimia como partes clínicas importantes.
La obra de Lacan está llena de frases enigmáticas e ideas complejas que resultan interesantes de analizar y el día de hoy, en honor a su memoria, tomamos una de las frases más malentendidas a lo largo de su obra: "el amor siempre es recíproco".
Es importante señalar la teoría del amor a partir de la teoría lacaniana. El sujeto se encuentra incompleto, ya que no es perfecto, no es todo poderoso, no es omnipotente, y tiene renuncias a lo largo de su vida. Por ello es que siempre se habla de una falta, lo cual resulta estructurante para la constitución psíquica del sujeto, y es a partir de esa falta es que se ama: se ama a quien tiene lo que, en nuestra fantasía inconsciente, puede completarnos; cuando esto en realidad no es así. Es decir, se le dan propiedades que no tiene al objeto amado.
Lacan afirmaba que el amor es recíproco, sin embargo, no se debe interpretar como que el ser amado debe amarnos de regreso todas las veces. Se refiere más bien a las propiedades del objeto amado que si tiene en realidad, aquellas características que son amables en ello, y en las que uno mismo puede identificar ideales de si mismo. Es decir, aquellas propiedades que creemos que pueden completar la falta estructural de la que antes se hablaba.
En este sentido, se puede ver la reciprocidad del amor de la que hablaba Lacan: el amor es de ida y vuelta. Se ama a alguien que tiene algo que es amable en sí, y ese alguien está implicado en ese ir y venir de emociones. Gracias a que tiene "eso" que hace amable al otro, es que nosotros podemos amarle. Decía Jacques Alain Miller alrededor de esta frase: "Mi amor dice algo de ti que quizás tú mismo no conozcas".
Entonces pasa algo muy común: nos extrañamos de que el ser amado no pueda reconocer en si mismo las cualidades que para uno le es muy fácil identificar y percibir, las cualidades que uno admira y desea, ¡y el otro ni en cuenta de lo que tiene, de lo que es! ¡El otro no es capaz de mirarse de la forma en que uno lo mira! Justo en ese momento, cuando uno puede detectar cosas admirables en el otro, es cuando se puede comenzar a hablar de amor.
Puede que en la vida real el otro no corresponda a los sentimientos que uno le entrega, o que no exista una relación de pareja entre ambas personas, y que incluso pueda ser considerado un amor imposible. El otro, el ser amado, siempre está implicado, y a veces por ello, es que su simple presencia es suficiente.
El amor es un tema central en toda la práctica clínica psicológica, justo porque incluye complejidades profundas como la que acabamos de exponer. Los seres humanos hablamos de amor todo el tiempo: como fuimos amados, como queremos ser amados, como somos amados en el presente, como es el amor que nos hace falta. No es de extrañar que de para hablar largo y tendido durante la sesión terapéutica, y que haya teorizaciones alrededor de él.
Colaboración por: Psicoanalista Ariana Cea