Mamitis: Adultos que no han cortado el cordón umbilical

25.08.2022

La relación de un hombre con su madre es importante, los lazos que se crean desde el nacimiento, en los seres humanos, fortalecen aspectos en su vida futura de tal forma que no podría conseguirse de otra manera o por otro vínculo. Lo anterior favorece a que en medida y forma en que cualquier individuo se vea a si mismo desde sus primeros nexos afectivos podrá tener, generalmente, fuertes efectos positivos en su interacción con los demás. 

 
Es común escuchar las expresiones: "tiene mamitis" o "aún no se ha cortado el cordón umbilical" cuando hablamos sobretodo de hombres adultos que tienen dependencia materna, lo cual puede tener varios niveles y orígenes, pasando por la trillada figura psicoanalítica del Complejo de Edipo, hasta la forzada obediencia en respuesta a la "ayuda" económica que una madre puede brindar a su hijo y/o a la familia del mismo y será ahí en donde confluyen necesidades, ganancias y conductas de madres denominadas autoritarias, dominantes o controladoras. 

Una madre dominante suele ser intensa, demasiado involucrada y podría socavar el sentido de autonomía del hombre, ella podra manipular su voluntad a través de la ira, el chantaje, necesidades excesivas, altas expectativas e inflexibilidad. 

Es un hecho que la mayoría de las interacciones humanas se rigen bajo la premisa de conseguir "ganancias", desde que somos pequeños y nuestra comunicación se basa en llanto y balbuceo conseguimos, a través de estos, alimentarnos, cubrirnos, estar limpios, afecto y otras necesidades mediante interacciones que si bien, no nos fueron enseñadas, fue su repetición y la consecución de resultados, las que hicieron que replicáramos, modificáramos o suprimiéramos su manifestación para recibir dichas "ganancias". 

Las ganancias entonces, no son más que beneficios que durante nuestra vida buscaremos conseguir de manera consciente o inconsciente en forma de, afecto, atención, validación, bienes materiales, satisfactores sexuales, tiempo, elogios, poder, empatía, victimización, entre muchas otras. 

No es fácil para un hombre adulto que mantiene una relación de pareja romper los lazos que tiene con su madre y más si ella es de carácter difícil, pero si aparte existe una dependencia, incluso es más probable que él haga esfuerzos para ceder a sus demandas; lo que puede ser perjudicial para su relación. 

Un hombre con una madre controladora hará todo lo posible por tratar de que esté tranquila, su madre puede hacer que le resulte difícil no doblegarse a su voluntad bajo el supuesto de que sus formas y fines son los mejores, su relación romántica puede sentirse como si estuviera siendo manejada por tres personas, en lugar de dos. 

Cuanto más se entrega a su madre, más probable es que su pareja sienta que constantemente pone a su madre en primer término. 

Un mecanismo de afrontamiento de los hombres con madres autoritarias es mentir, un hombre le dirá a su madre lo que cree que ella quiere escuchar, incluso si no es verdad, lo hará para evitar la culpa, el enojo o las supuestas decepciones con que ella podrá manipularlo al grado de poder acostumbrarse tanto a esta práctica, que habitualmente se disfrazará en todas sus interacciones, también puede ejercer esta práctica con su pareja mintiendo para evitar que se enfade o se decepcione de él. 

Es probable que a un hombre con una madre dominante le resulte difícil equilibrar su tiempo entre su madre y su pareja, se siente obligado a responder cada vez que ella llama, puede tratar de controlar diferentes aspectos de su relación, puede tratar de ejercer control sobre dónde pasan las vacaciones, cómo crían a los hijos, su elección de carrera e incluso sobre el tipo de persona con la que él sale y lo peor es que es posible que su madre realmente pueda salirse con la suya en muchos casos, ya que él ha pasado su vida dependiendo de sus juicios y cediendo a sus demandas. 

Pero ¿Cómo poder salir de este círculo vicioso? Lo importante sería encontrar el equilibrio, comprender que una madre autoritaria solo puede ejercer el poder que se le otorga, su hijo todavía puede ser leal y estar ahí para ella cuando realmente lo necesite, sin tener que sacrificar su relación de pareja en donde solamente dos personas podrán decidir todo lo relativo a su vida, futuro y entorno.  

No olvidemos nunca la importancia de las madres, su amor incondicional, lo invaluable de sus consejos, la paciencia y esmero con el que normalmente nos acompañan y cuidan en el transcurso de nuestra vida, asumamos pues que a lo que hago referencia en este blog son, afortunadamente, excepciones a la regla.


By Federico Schuster