Navidad y fin de año en confinamiento

23.12.2020

Vivimos tiempos insólitos, por primera vez, en la era moderna, transcurriremos Navidad y fin de año encerrados en casa, o así debería de ser, el cambio de planes se proyectaba desde que veíamos cómo se acercaba el último mes del año y como balde de agua fría cayó la noticia de que la capital del país entraba nuevamente en semáforo rojo y con esto se impedía cualquier tipo de actividad pública o privada que conglomerara grupos considerables de personas, la mayoría de las actividades económicas que no se podrán realizar con el nivel de riesgo de contagio más alto, son en su mayoría de entretenimiento, con lo que se trata de evitar que los contagios se multipliquen y más aún con el sistema de salud nacional rebasado y colapsado.

Los hoteles podrán contar únicamente con un 25% de ocupación y sin acceso a áreas comunes, los restaurantes, cafeterías, bares, peluquerías, estéticas y barberías solamente podrán contar con servicio a domicilio, los parques, centros comerciales, gimnasios, albercas, centros deportivos, spas, teatros, museos permanecerán cerrados, además eventos culturales y recreativos deberán ser cancelados o pospuestos

Respetando ese acuerdo no escrito que existe en muchas familias, en mi caso, se cenaría en Navidad con la familia de mi esposa y en fin de año con mi familia pero en esta ocasión los planes fueron cancelados a solo unas horas de concretarse, la frustración reinó y se convirtió en llanto en los ojos de mi hijo de 8 años.

Después de 300 días en confinamiento, que en realidad, se volvió más y más laxo al pasar de los meses y fue retomando su rigidez en los últimos días resultado de las cifras de contagios y decesos compartidas por los organismos nacionales oficiales, nos imaginábamos, no sé si inocentemente, que el cierre de un año cruel podría ser afable, esperanzador y hasta holiwodesco y podríamos abrazar en punto de las 0:00 horas a nuestra familia mientras las lágrimas de sobrevivencia recorrían nuestras mejillas al lado de un pino de navidad y una mesa llena de deliciosos y elaborados platillos.

Lamentablemente y como en nuestros lapsos de mesura pudimos imaginar, no sucedió así, el 2020 nos volvió a desilusionar y nos estampó su sentencia a manera de semáforo en rojo justo en la cara.

Y es que a la mayoría de personas en el mundo occidental nos han enseñado que estas fiestas deberían estar rodeadas de regalos, familia, amigos, ornamentos navideños, intercambios, abrazos y cualquier tipo de elementos que nos provean "felicidad" cuando no siempre esos elementos pueden llenar del todo vacíos emocionales que adquirimos desde pequeños incluso en estas mismas fechas.

Pensemos por un momento en aquellas personas que durante esta pandemia han perdido a algún familiar o ser querido, en la mayoría de los casos no pudieron ni siquiera rendir un funeral digno, recordemos a esos que se vieron diezmados severamente en la economía familiar y/o en el aspecto laboral ¿qué tipo de festividades navideñas tendrán?

Con depresión y ansiedad en límites históricos a nivel global, la tarea de la humanidad debería de ser a toda costa, buscar sanidad mental y emocional. Es muy importante saber que nada en estas fechas es una obligación, no debes ser feliz forzosamente, esto en sí, ya sería motivo de ansiedad y nadie quiere lidiar con esto.

Estar con amigos, familia, regalos, deliciosos platillos, contar con salud y estar vivos perecerían situaciones felices sin duda pero hay en el ambiente motivos para experimentar otro tipo de emociones, es fundamental saber que podemos hacerlo sin sentirnos culpables.

Vivamos pues estas festividades con el conocimiento de que darnos tiempo para saber con exactitud cómo nos sentimos, será un buen avance para fluir en armonía y convivir con nuestra familia, con nuestros amigos o con nosotros mismos, unas agradecidas fiestas con rumbo a un año 2021 lleno de salud física y mental.

Según la OMS este fin de año puede haber un aumento significativo en suicidios a nivel mundial, seamos muy receptivos para poder ayudar de ser necesario, no desestimemos cualquier señal de alerta, existen muchos organismos gubernamentales y de iniciativa privada que podremos brindarte la atención oportuna que podría salvar una vida.

En México puedes acudir o llamar a:

El Sistema Nacional de Apoyo, Consejo Psicológico e Intervención en Crisis por Teléfono (SAPTEL) su servicio es completamente gratuito al teléfono (55) 5259-8121.

Línea UAM de la Universidad Autónoma Metropolitana su servicio es gratis, pero nada más funciona en días hábiles. Los puedes encontrar en el (55) 5804-644 y (55) 5804-4879.

Los Núcleos Urbanos de Bienestar Emocional (NUBE) Existen 5 NUBE en diferentes alcaldías de la CDMX: https://www.injuve.cdmx.gob.mx/servicios/servicio/salud-emocional

El Instituto Nacional de Psiquiatría, Ramón de la Fuente Muñiz, también tiene activa una línea telefónica (55) 5655-3080 y (800) 953-1704.

Atención Psicológica a distancia de la UNAM, de la Universidad Nacional Autónoma de México, funciona de lunes a viernes de 8 de la mañana a 6 de la tarde y los puedes encontrar en el (55) 5025-0855.

Twitter se asoció con Confianza e Impulso Ciudadano A.C., asociación sin fines de lucro, para crear #HayAyuda. ¿Y qué es #HayAyuda? Es un servicio de notificación de resultados de búsqueda que te dará información valiosa y recursos de salud mental a través del Twitter ¿Y cómo funciona? Bueno, básicamente cuando alguien busca en Twitter términos asociados con suicidio o autolesión, el resultado de la búsqueda principal será una notificación que alentará al usuario a buscar ayuda.

Por último nos ponemos a tus órdenes en Danke Psicología, podrás encontrar nuestra información en esta página web y en las distintas redes sociales, lo más importante es que sepas que ¡NO ESTÁS SOLO!

By Federico Schuster