¿Qué nos pasó si todo era color de rosa? Cuando la pareja necesita terapia.

09.02.2022

Hoy en día es, afortunadamente, más común escuchar a parejas que ante alguna adversidad sugiere acudir a terapia. Y aunque sabemos y hemos mencionado que los procesos psicoterapéuticos no son infalibles, ya que son multifactoriales y aún más tratándose de dos personas, no deja de ser una herramienta que ha brindado soluciones tangibles a los problemas de parejas.

En este rubro y según algunos estudios, los terapeutas están viendo un aumento significativo en los clientes menores de 30 años, lo que indica un cambio hacia una visión de esta práctica pasando a ser de "mantenimiento en lugar de ser de crisis".

"En general, las generaciones más jóvenes tienden a sentir menos vergüenza al ver a un terapeuta, dedican más tiempo y energía a la superación personal y al intercambio de sentimientos", menciona Simone Bose, consejera de parejas de Relate, una organización benéfica de asesoramiento de parejas en el Reino Unido, "A menudo, uno de ellos ha tenido terapia individual antes y sugiere asistir juntos a terapia de pareja".

Los motivos de terapia de la clientela de otra terapeuta, Lisa Hochberger varían, pero recientemente, casi todos han compartido algo en común: al igual que la propia Hochberger, tienen menos de 35 años.

"Los jóvenes ya no quieren recurrir al alcohol, la comida, las drogas o las fiestas para mantener la calma", dice. "Estos jóvenes quieren evitar vivir una vida como la de sus padres, quienes pueden no haber tenido acceso a su dolor y trauma inconscientes".

Los números lo confirman: una encuesta de 2017 realizada por MidAmerica Nazarene University estimó que la cantidad de millennials de 23 a 38 años que habían asistido a terapia de pareja era del 51 % , y las parejas de 25 a 30 años constituían la mayoría de los que asistían a terapia. Pero mientras que las parejas casadas suelen tardar al menos seis años en buscar ayuda profesional cuando aparecen los problemas en sus relaciones, la pandemia puede haber acelerado las cosas, obligando a las parejas a una cohabitación temprana y a ponerse en cuarentena entre sí.

¿Será que las generaciones más jóvenes tienden a sentir menos vergüenza al ver a un terapeuta?

La terapia de pareja también se ha vuelto más visible en la cultura popular durante los últimos cinco años, con un número creciente de libros, podcasts y programas de televisión muy populares que permiten a los espectadores ver el proceso terapéutico a medida que lo atraviesan parejas reales.

Eso marca un evidente contraste en entre las creencias románticas con las que crecieron muchos millennials, los cuentos clásicos y la comedia romántica moderna de Hollywood; el concepto de que nuestra pareja debe ser "ideal en todos los sentidos" nos ha sido vendida durante siglos, ahora que son capaces de reconocer que estas creencias son poco realistas, los jóvenes están reclutando ayuda externa para redefinir sus expectativas.

"Todas las relaciones comienzan con la fantasía", dice Laura Day, autora del exitoso libro de autoayuda Welcome to Your Crisis. Las fantasías incluyen cómo nos cambiará la relación, cómo nos hará sentir el otro, cómo la pareja aliviará nuestras vulnerabilidades y desafíos individuales, y todo eso dura solo mientras dure la fantasía".

Para nuestros antepasados, esa fantasía dio paso a una molesta resignación, "Las generaciones mayores piensan en la terapia como un tratamiento para la enfermedad mental, debes tener algún problema y estar mentalmente enfermo para buscar un terapeuta", explica la terapeuta de relaciones Lia Holmgren. "Ahora, las parejas que están enamoradas están preocupadas de que pueda terminar y son capaces de aprender técnicas de comunicación para entenderse mejor".

Gracias a la apertura y consciencia que ha tenido en últimos años la salud mental y el reconocimiento de su importancia como factor imprescindible en la sociedad, las parejas recurren con más confianza a terapia utilizando este recurso como una herramienta útil en la comunicación y trascendencia de las problemáticas propias de este tipo de sociedades en donde el psicoterapeuta deberá fungir como facilitador de medios y condiciones para que la pareja se escuche, haga consciencia y trabaje en el afrontamiento y necesidades (tanto individuales como interpersonales) que favorezcan su funcionamiento y bienestar, jamás asumiendo un rol como árbitro o referí en medio de una disputa sinsentido. 


By Federico Schuster