SÍNDROME DE LA CARA VACÍA

Ahora que pareciera que estamos llegando a la recta final de los cuidados y medidas preventivas para no contagiarnos de COVID, que la mayoría de la población ha sido vacunada y que los riesgos han disminuido, existe una extraña situación que está afectando a gran parte de la población mundial.
En muchos lugares se acabó la política de portar cubrebocas, en algunos edificios gubernamentales es posible ya no usarlo y en lugares abiertos es cada vez más común ver personas que no lo utilizan y ahí es donde hace su aparición un silencioso enemigo denominado "Síndrome de la cara vacía", presente sobre todo en jóvenes los cuales han manifestado estar lidiando con temas de ansiedad sobre su apariencia y la presión social que eso implica.
Este síndrome se alimenta de una mezcla perfecta de las inseguridades juveniles, la baja autoestima y la necesidad de pertenecer que es tan natural y necesaria en esta etapa de la vida.
De estructura psicológica, los factores antes mencionados se hacen más presentes en individuos jóvenes y adolescentes que habían mostrado antes de pandemia rasgos de ansiedad, agorafobia, hipocondría, ataques de pánico, timidez extrema y trastornos dismórficos corporales, causándoles malestar, de leve a extremo, cuando están sin cubrebocas frente a otras personas, en especial de personas de la misma edad.
Sería de suma importancia ir al origen de dicho malestar debido a que el tratamiento deberá ser diferente si nos enfrentamos a un miedo obsesivo a contagiarnos o si más bien se trata de un miedo a mostrarse sin "filtros" ante otras personas.
La aparición de este síndrome, podría convertirse en cosa seria ya que existe la probabilidad, en algunos casos, de disfuncionalidad del individuo en ciertas áreas de su vida como la social, la laboral, la académica, entre otras, lo anterior debido a que el individuo tratará de evitar lugares en donde se encuentren otras personas para no ser visto sin cubrebocas y así no ser juzgado, como lo piensa él.
Entre otras conductas evitativas, se han detectado casos de personas que se rehúsan a retirarse el cubrebocas en sitios en que ya no es necesario utilizarlo, esto por la misma razón de sentirse inseguros y vulnerables al no portarlo, en otro sentido hay personas que no quieren exponerse a un posible juicio o regaño de quien lo continúa usando por no querer dar una imagen social de irrespetuoso o falto a las reglas.
La solución está en la adaptación, aquella que el ser humano, en su mayoría ha desarrollado de manera natural, la rapidez con la que nos adaptemos a esta "nueva realidad" será la clave del éxito para nuestras relaciones interpersonales.
Siempre es de considerar que si no se cuentan con herramientas sociales que puedan darnos soporte para enfrentar la vida sin cubrebocas poder acudir a terapia psicológica te ayudará para construir esas herramientas y así poder sortear esta situación.
Un buen inicio sería abandonar conductas evitativas, haz un esfuerzo por mostrarte vulnerable ante los demás, exponte, aprende a reírte de ti mismo, obsérvate y hazte consciente de tus defectos y virtudes pero más importante acéptate, después de todo ¿Quién no tiene defectos? recuerda que las demás personas no están enfocadas en ti, que tienen otras cosas que hacer y que si realmente existe una persona que te preste tanta atención y eso te preocupa, deberás tú, quitarle la tuya y enfocarte en otras cosas.
La humanidad cambió cuando llegó esta pandemia y ante la incertidumbre y el miedo era lógico construir barreras, el cubrebocas y las mascarillas fueron solo algunas, hoy en día el riesgo se redujo pero los daños colaterales son crueles y si hablamos en materia de Psicología, pasará mucho tiempo para que podamos derribar esas barreras y construir un futuro desde la salud y la paz mental.
By Federico Schuster