Vida sexual activa o Adicción al sexo

27.01.2021

Conocida como hipersexualidad, la adicción al sexo se hace presente cuando existe una dependencia e incapacidad de control hacia los estímulos, las recompensas y los satisfactores sexuales, es una alteración llamada antiguamente ninfomanía en mujeres y satiriasis en su versión masculina causando que a quien la padecía se le denominara sátiro.

Las personas que padecen hipersexualidad o adicción al sexo tienen la creencia de que necesitan ser gratificadas sexualmente de manera constante aun cuando no lo hagan por experimentar placer sino más bien tratando de mitigar su ansiedad emocional, reducir su estrés o calmar tensión.

Denominamos hipersexualidad al aumento en los hábitos en exceso y sin control del deseo y actividad de tipo sexual y aunque no la encontramos conceptualmente así, de manera tácita en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) es el concepto oficial para referirnos a este tipo de afecciones. Al no ser considerada oficialmente un trastorno, la hipersexualidad no cuenta con criterios diagnósticos propios.


Como pasa en las adicciones, las conductas y/o actividad cerebral se ven alteradas y en este caso emprenden una búsqueda compulsiva de estímulos que satisfagan o apacigüen su inestabilidad emocional volviendo al individuo disfuncional al utilizar la mayor parte de su tiempo, pensamientos y actividades para llegar a su recompensa envuelta en forma de sexo, estudios han determinado que entre el 3 y el 6% de la población experimenta o ha experimentado en algún grado hipersexualidad.

Las causas al hablar de este tipo de adicción podrían ser dopaminérgicas, es decir, asociado a la dopamina que es el neurotransmisor relacionado con muchas funciones cerebrales entre las que destacan el aprendizaje, la memoria, la motivación y la recompensa ante estímulos placenteros incluido el orgasmo por lo que en esa búsqueda de sensaciones relacionadas con la dopamina, cuando una persona cae en adicción contrae una dependencia física y/o psicológica desarrollando así cada vez más tolerancia a su objeto adictivo, así es que para conseguir el mismo efecto fisiológico, deberá incrementar cada vez más la dosis para satisfacerse.

Pero las causas también pueden ser lesiones en los lóbulos temporal y frontal del cerebro, ya que estos se encargan de la regulación de los impulsos sexuales, la hipersexualidad también puede ser resultado del consumo de fármacos agonistas dopaminérgicos, como los utilizados en el tratamiento de enfermedades como Acromegalia o Parkinson.

Psicológicamente la hipersexualidad se manifiesta como un síntoma paralelo a otros trastornos entre los que destacan el trastorno límite de personalidad, algunas demencias, trastorno bipolar y trastornos del espectro autista, también se asocia a otras adicciones como la adicción al alcohol y a otras drogas.

Las personas que sufren este tipo de adicción recurren a conductas compulsivas siendo la masturbación y la práctica de sexo en exceso las más recurrentes, no podrán dejar de ver material pornográfico aunque se lo propongan ya que este apoya sus impulsos y ayuda a obtener la gratificación esperada.

Parafilias e infidelidad también se hacen presentes de manera muy común en la vida de las personas con hipersexualidad ya que al requerir cada vez más estímulos para conseguir satisfactores, experimentan una búsqueda incansable de representaciones para sus encuentros sexuales y al no lograr conectar íntima y emocionalmente de manera adecuada con una pareja exclusiva, escudriñarán con otras opciones y diferentes formas para llenar esos vacíos y obtener esa gratificación antes mencionada.

La adicción al sexo o hipersexualidad puede ser tratada como otras adicciones de manera exitosa acudiendo con algún profesional de la salud mental, existen especialistas en temas sexuales quienes revisarán los factores que lo provocan y así poder modificar los hábitos que causan la disfuncionalidad, muchas veces se recurre a la abstinencia de manera temporal hasta llegar a la creación y permanencia de conductas saludables. 

By Federico Schuster